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Ruta Ribadeo Antiguo

El plano medieval de Ribadeo tiene su eje central en la calle de los Aires (hoy eje de las calles Antonio Otero-Viejo Pacho) que unía el puerto de Porcillán con la puerta de la muralla que daba a la Plaza de España. En ella confluían el resto de calles, ya que la población sólo contaba con dos accesos a la ría: a través de esta calle a Porcillán y a través de la calle Ibáñez para Cabanela.

Se desarrolló un segundo eje, paralelo al anterior, el de la calle Amando Pérez. Aquí construyeron sus casas ricos hidalgos y comerciantes que convivían con marineros y artesanos. El resultado es un conjunto urbano diversificado que combina pazos urbanos con sencillas construcciones.

Características de la Ruta

  • Tiempo del recorrido: Aproximadamente 30 min
  • Dificultad: Fácil
  • Modalidad: A pie
  • Observaciones: Tramos con escaleras
  • Salida: Pazo Ibañez (Plaza de España)
  • Llegada: Cabanela

Pazo Ibañez / Casa de Arriba

Este pazo fue construido a finales del siglo XVIII por D. Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos, asturiano de origen y ribadense de adopción. La residencia incluía un recinto con huerta y jardín, hoy desaparecido, y que la imaginación popular pobló de túneles y tesoros escondidos. Este edificio neoclásico ofrece una fachada elegante, con fino trabajo de hierro en sus balcones. D. Antonio Casas compró la residencia y la convirtió en sed de la poderosa Casa de Arriba y del Banco Casas, quebrado en la década de 1930. En la actualidad acoge al gobierno del municipio, cuyas armas presiden la fachada.

Casas hidalgas en la Plaza de España

Plaza de España

La confluencia de la calle Amando Pérez con la Plaza de España acoge dos edificios singulares. El primero de ellos es un viejo caserón que conserva los antiguos soportales; el otro, una vivienda hidalga (s. XVII-XVIII) con las armas de los Méndez-Navia y Villaamil. Los soportales permitían ganar metros en las plantas altas mientras ofrecían a los viandantes protección frente al frío, la lluvia o el sol. Eran muy comunes, aunque no todos los municipios los aceptaron de buena gana y fueron desapareciendo. Una descripción del Ribadeo de principios del siglo XIX confirma que estaban muy extendidos por el trazado urbano y muchos perduraron hasta el siglo XX.

Calle Amando Pérez

Esta calle, llamada en otro tiempo Calle Grande, Calle Mayor y Calle de la Paz, fue durante el siglo XVIII la principal vía de la villa, aunque aparece ya en documentos medievales. Conserva un buen número de viviendas tradicionales, tanto humildes y de planta baja, como otras de mayor empaque. La más destacable es el pazo que perteneció a los Miranda y que luce sus armas. Su primer propietario fue D. Pedro de Miranda Osorio, caballero de Santiago, que se enriqueció en el siglo XVIII con el comercio de maderas.

Calle Ingeniero Schulz

En otro tiempo esta calle se llamó Calle del Vilar, aunque en la actualidad homenajea a Guillermo Schulz (1805-1877), ingeniero alemán que ejerció como inspector de minas de Galicia y Asturias, residió en Ribadeo y llegó a ser uno de mayores especialistas hispánicos en geología y minería.

El patín y la biblioteca “Viejo Pancho”

Biblioteca

Girando a la derecha desde Ingeniero Schulz y continuando recto llegaremos la este sobrio patio, donde encontramos el que posiblemente es el edificio civil más antiguo de Ribadeo, quizá de origen medieval. Actualmente se muestra bastante alterado después de una ampliación en el siglo XVIII. Ya en el siglo XX perdió su elemento más original, la escalinata y el patín que daban acceso a la planta alta, substituidos por la actual balconada y pórtico de soporte.

La biblioteca Municipal “El Viejo Pancho” recibe su nombre del escritor José Mª Alonso Trelles, nacido en Ribadeo y emigrado a Argentina y Uruguay, considerado uno de los escritores más representativos de las letras uruguayas.

Este edificio albergó la sed de la antigua Escuela de Náutica y Comercio que refleja la gran importancia en la economía de la villa durante el siglo XIX de las navieiras, transporte e intercambios  marítimos. La Escuela comenzó a funcionar en 1844 y dejó de ser oficial en 1875.

Plaza de los Cuatro Caños

Tras dejar atrás el patín, en la primera calle a la derecha encontramos, sin duda, uno de los rincones con mayor encanto de la villa. Parece que el tiempo se detuvo en esta plaza conformada por viviendas tradicionales, en cuyo centro se encuentra una antigua fuente datada en 1849.

Calle Obispo Veres y Casa de Abajo

Bajando desde la Plaza de los Cuatro Canos a la izquierda, encontraremos esta calle, que toma su nombre de Laureano Veres Acebedo (1841-1920), jesuita ribadense obispo titular de Nissa, famoso predicador en tierras mexicanas. Aquí se encuentran algunos de los pazos hidalgos más señalados de Ribadeo:

  • al comienzo de la calle, bajando las escaleras, la antigua Casa de Abajo, solar de una de las familias más sobresalientes del Ribadeo del s. XIX, y hoy capilla de San Francisco de Asís (fundada en 1870); 
  • camino de la Atalaya, en los nº 6-8, otro caserón de corte barroco con balcones de forja y almohadado de cantería en las esquinas; 
  • en el nº 3, el pazo que perteneció a los Valledor; 
  • casi en la Atalaya, la Casa del Prelo, linaje de origen asturiano.

Capilla de Atalaya

Capilla de Atalaya

Se sitúa sobre un promontorio que domina visualmente la entrada de la ría, donde ya en tiempos medievales hubo un punto de vigilancia que guiaba también de noche las navegantes mediante hogueras. En el siglo XVI esta instalación fue sustituida por el actual baluarte que conserva las culebrinas para la defensa del puerto de corsarios y armadas enemigas. La capilla, consagrada a la Santísima Trinidad, es una de las construcciones más antiguas de Ribadeo. Conserva la portada del siglo XIV, relacionada con la de Santa María del Campo, y tres retablos en su interior, uno de ellos procedente de la colegiata de Santa María.

La Antigua Aduana

La apertura del puerto de Ribadeo al comercio nacional, primero, e internacional, después (s. XIX), provocó la instalación de un puesto de aduanas para fiscalizar y controlar el tráfico de mercancías. Este caserón, en otro tiempo situado a la orilla del mar, cumplió durante años esta función, albergando las dependencias de los oficiales y los almacenes. El edificio se levantó como vivienda particular construida en 1726 por D. Carlos Acevedo Pardo. Se trata de una obra señorial, con una hermosa fachada barroca y una torre monumental terminada en un magnífico corredor.

El puerto de Porcillán

Puerto de Ribadeo

El puerto de Porcillán encarna el pasado y el futuro de Ribadeo, ya que acoge la tradicional actividad pesquera junto con la moderna economía de servicios que ofrecen el turismo y los deportes náuticos. En la playa ubicada en la parte más próxima al núcleo urbano tuvo su origen Ribadeo. Alrededor de ella, la aldea de pescadores se convirtió en núcleo comercial. El primitivo muelle fue creciendo a partir del siglo XIX al ritmo de la población y de sus necesidades. Hasta aquí llegaban las barcas que cruzaban desde Asturias, como recuerda el indicador jacobeo. En Porcillán se encuentra la Puerta de Santo Domingo, llamada así por la leyenda que cuenta que por aquel lugar había pasado este santo cuando se embarcó en el puerto de Ribadeo para emprender la cruzada contra los albigenses que dictó el Papa Inoncencio III.

A Cabanela

Este es uno de los núcleos que, con Porcillán, dieron origen a villa de Ribadeo. Pese su antigüedad, Cabanela fue durante mucho tiempo un arrabal de la villa, debido a quedar fuera de la muralla, un espacio a medio camino entre lo rural y lo marinero al ser uno de los fondeaderos de la villa.

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