Las Casas Indianas

El levantamiento en  España a las restricciones a la emigración, desde mediados del siglo XIX y hasta mediados del XX, propició que numerosos  habitantes de Ribadeo optaran por embarcarse rumbo a América para buscar un futuro más próspero.

Este fenómeno migratorio hace que, aun a día de hoy,  muchos de los vecinos del ayuntamiento tenga algún familiar al otro lado del Atlántico.

Muchos de los que se embarcaron en la aventura «de hacer las Américas», en la busca de un futuro mejor,  se establecieron definitivamente en tierras americanas y no volvieron a su tierra natal. Otros regresaron igual que se fueron, y tan sólo unos pocos lograron realizar su sueño y retornaron con riquezas.

Una vez de vuelta,  la mayor preocupación del indiano (emigrante retornado de las Américas) era demostrar que había hecho fortuna y había tenido éxito en América.  

Esto lo conseguía a través de los símbolos de posición social de la época: un reloj de oro, un coche de los más grandes y como no construyendo  una gran casa que reflejara su riqueza.

A parte de esta muestra de ostentosidad, muchos de los indianos que volvieron acaudalados también demostraron generosidad con su pueblo y financiaron escuelas, traídas del agua, la electrificación, cementerios, caminos, fuentes, iluminación pública..., una larga lista de equipamientos que mejoraron la vida de los habitantes de la villa.

Muestra de esto es el cuantioso legado indiano con el que cuenta Ribadeo, con más de 27 casas, múltiples escuelas, un cementerio, la plaza para el mercado, la traída de aguas, a Granja Escuela Agrícola Pedro Murias...

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